DAVID HERNÁNDEZ SEVILLANO

David Hernández Sevillano

Siendo yo muy niño, mientras bostezaba, un rebaño de cuentos se me coló dentro de la boca y sin querer, me lo tragué.
Desde entonces corretean, pacen, balan dentro de mí. No dejan de dar vueltas: hacia la cabeza y hacia los pies, hacia el brazo izquierdo o hacia el derecho.
De vez en cuando uno de ellos siente un cosquilleo en la barriga y entonces galopa alocado para salirse de mí por mi boca o por mi mano.
Y yo no puedo hacer otra cosa que ayudarlo a salir escribiéndolo o contándolo.