FERNANDO RUBIO

Fernando-Rubio

Me he comprado –bien barato- un atrapa-cuentos. Antes, los cuentos, montones de ellos, pasaban por mi cabeza. Se acercaban, me saludaban y se iban. Ahora, cuando los veo venir, preparo mi magnífico atrapa-cuentos y en cuanto se acercan ¡zas!, van directos al papel. Pobres…

A veces, sin saber cómo, al intentar cazarlos, algunos cuentos se espachurran un poco y quedan tan raros y me rio tanto al leerlos que me dan ganas de hacer pis. Estoy tratando de mejorar mi técnica y algún día conseguiré que todos, absolutamente todos esos cuentos sean igual de espachurradamente raros.