TXABI ARNAL

Txabi Arnal

Quise escribir La isla del tesoro, pero un amigo me contó que un tal Robert Louis se me había adelantado. También quise escribir Mortadelo. Segundo fiasco. Ahora era un tal Francisco quien me había ganado por la mano. Más tarde pensé escribir Pomelo, y resulta que Ramona Badescu ya lo había creado. Me sucedió lo mismo con Caperucita, y en aquella ocasión fue la mismísima niña de la caperuza roja quien me dijo: ”¡pero qué cara más dura tienes!” Finalmente me resigné. Decidí quedarme con las sobras y escribir humildemente algunos cuentos que nadie antes había escrito. Son solo unos poquitos. Tengo tres hermanas ladronas y una ladrona de sellos, tengo a Nicolás y a los habitantes de un lejano pueblo llamado Zum. Hasta tengo el corazón de un sastre, un desconsiderado mago de color rosa, y un travieso gato que responde al nombre de Roni.
Y ahora te tengo a ti, y estoy contento porque me has hecho un poquito de caso.